Me han dicho que me lo tome con normalidad. Que aprenda a decir "Cáncer", como enfermedad, con la misma naturalidad que lo digo como "horóscopo".
Y me está costado mucho.
Me han dicho que, cuando me lo imagine, no le ponga forma de "bicho feo", porque es una célula.
Y que no le ponga nombre, como si fuera un compañero, ni un mote insultante como si fuera un enemigo.
Me han dicho que, de momento, me acostumbre a vivir con él, como el que le sale una berruga en un lugar que nadie ve y nadie tiene que saber que está ahí.
Pero me cuesta mucho...
Me han dicho que es muy fácil "caer en el victimismo", y es bien cierto. Ahora, cualquier que se me acerca y me dicho "Menudo resfriado he pillado", me entran ganas de decirle: "No te quejes que yo tengo un cáncer". Y que todas las enfermedades están por "debajo" de la enfermedad "Reina".
Es como jugar al pocker teniendo una escalera de color. Me sería imposible "borrar" la sonrisa de mi rostro.
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