domingo, 9 de marzo de 2014

Antes de viajar, infórmate bien.

Hace cuatro meses, emprendí un "viaje" del que no podía imaginar que me daría tantos problemas de adaptación en el “país” de destino.
La aventura de probar una moto “de carreras” en un circuito, sabía de antemano que además de los problemas de acoplamiento a una máquina de tan pequeñas dimensiones, había algo que me iba a resultar difícil de acostumbrarme.
El cambio de marchas.


Ya sabía que en todas las motos de competición, el cambio de marchas funciona al revés de las motos de calle y después de 35 años conduciendo motos con el cambio: la primera hacia abajo y las demás hacia arriba (por eso se dice “subir” marchas), tendría que mentalizarme si o si a: primera hacia arriba y las demás hacia abajo.
Después de varios días de entreno y de dar muchas vueltas en varios circuitos, sigo sin acostumbrarme, es más, como decidí dejar de lado mi moto de calle hace cuatro meses para mentalizarme de esta nueva forma de cambiar de marchas, ahora, cuando cojo la moto “callejera” ya no sé hacia donde tengo que llevar la palanca de cambio para subir o bajar marchas...
Hace dos días decidí preguntar si habría la más mínima posibilidad de cambiar el sistema, a cualquier precio. Y cual ha sido mi sorpresa cuando mis amigos consultados me han dicho que: “No hay problema” “Es muy fácil”.
Ahora tengo la sensación de haber perdido el tiempo. De haber tenido “sustos” innecesarios, y la idiotez propia por no haberlo preguntado antes y haber dado por hecho que no tenía solución.
A modo de ejemplo es como si me hubiera convencido que, a la hora de viajar, el idioma internacional es el Latín y me haya pasado 4 meses estudiando esta “lengua muerta” que sólo habla el Papa de Roma y en la intimidad... Y de repente descubro que el idioma internacional es el inglés, del que sabía un poco, pero que he ido olvidando de tanto estudiar latín...
Nunca es demasiado tarde (it’s never too late), pero, puñetas, que manera más tonta de perder el tiempo y de jugarme el tipo.
Gracias a Sergio Lucena y a Fernando Gregorio no sólo por vuestra información al respecto sino por además explicarme todos los pasos para que lo hiciera yo mismo... pero, el lunes llevaré “el bicho” al mecánico y que lo haga él mientras yo voy tirando fotos...

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