martes, 3 de enero de 2012

Cosas por las que vale la pena seguir

Navegando por el Google, me acabo de encontrar un artículo publicado en la web venezolana www.motores.com.ve donde aparece mi nombre.
Gracias, Octavio Estrada, para hacer mención de mi nombre y del artículo que escribí sobre Carlos Lavado en el Campeonato Mediterráneo de Velocidad 2011.
Tu artículo es de los regalos inesperados que hacen que mi trabajo tenga, con tus palabras, la mejor recompensa.
Reproduzco, a continuación, dicho artículo:


MOTORES NOTICIAS
22-Jul-2011 - Motociclismo Internacional - Carlos Lavado Jones // Fuente/Redacción: Prototipos/Octavio Estrada

El “Pana” sigue cautivando a todas las generaciones

CARLOS LAVADO, MÁS VIGENTE QUE NUNCA EN LAS PISTAS DEL MUNDO

Han pasado casi dos décadas desde su retiro de los circuitos mundialistas en los que conquistó dos títulos mundiales en el cuarto de litro y el venezolano Carlos Lavado Jones sigue viviendo el ambiente de la velocidad con la misma intensidad, ahora como asesor de dos jóvenes promesas criollas que participan en el Campeonato Mediterráneo de Velocidad en territorio español.

En la más reciente válida disputada en el Circuit de Montmeló, en Cataluña, el caraqueño Carlos Lavado no sólo trabajó con los adolescentes Edgar Gallipoli y Gabriel Ramos, quienes cumplieron su mejor presentación del año, sino que además compartió con otras leyendas del motociclismo mundial como el norteamericano Kenny Roberts y el australiano Wayne Gardner.

Lavado, triunfador en diecinueve grandes premios entre 250 y 350cc, fue abordado por el reportero audiovisual Jordi Espallargas, quien da cobertura a las competencias de velocidad españolas en el portal motociclismo.eninternet.es.

Espallargas, quien en su juventud siguió como un aficionado más las gestas de los Lavado, Roberts, Gardner y otros ases de los ochentas, no escatimó palabras de elogio y agradecimiento para con el trato brindado por el “Pana”, dedicándole una bonita crónica acerca de este encuentro en tierras catalanas que reproducimos a continuación.

CARLOS LAVADO, EL EMBAJADOR VENEZOLANO EN LOS CIRCUITOS DE VELOCIDAD

Por: Jordi Espallargas


Ni señor, ni don Lavado.

Tampoco excelentísimo señor campeón del mundo.

Simplemente, Carlos.

“Pana”, para los amigos.

Y si quieres añadir más datos puedes decir:


El embajador de Venezuela que visita los circuitos de velocidad por todo el mundo.

La palabra diplomático (propia de un embajador o cónsul) se queda pequeña cuando lo conoces. Y su amabilidad hacia todos los que se le acercaron, en el Circuit de Catalunya, para pedirle un autógrafo o una foto, fue infinita. Siempre con una sonrisa en los labios y la mano tendida a quien lo quisiera saludar.

La vida se ve diferente cuando tienes 20 años a cuando estás a punto de cumplir la cincuentena, y los héroes motociclistas inalcanzables que veía por televisión en la década de los ochenta me parecen más superhéroes que los que hacen lo mismo en este siglo.

Ni en el mejor de mis sueños, en 1985, me habría imaginado que 26 años después de disfrutar viendo a estos pilotos ganar campeonatos, los hubiera conocido personalmente.

Con Carlos Lavado, bi-Campeón del Mundo de 250cc, me pasó una cosa curiosa. Después de asistir para filmar las dos primeras pruebas del Campeonato Mediterráneo de Velocidad y cuando estaba editando los videos en casa, lo vi en la grabación en varias ocasiones. Cuando me di cuenta de ello, le envié un mensaje a su facebook para decirle que - a modo de broma-, que si venía a Montmeló, le entregaría un dvd con las dos carreras donde aparecen sus pilotos Edgar Gallipoli # 71 y Gabriel Ramos # 74, a cambio de un autógrafo suyo.

Y, cuando en el Circuit, lo tuve delante y me di a conocer, me dio la sensación de que era un amigo al que hace tiempo que no ves y estás deseando abrazar.

Me comentó que había leído el artículo que le dediqué en esta web (a veces me olvido que internet llega a todo el planeta…) y que a él y a su entorno, les gustó.

Aún así, y teniendo mi pase de prensa correspondiente, siento timidez - y temblor en la muñeca - a la hora de filmar a mis “Supermen” de los 80’s y en las muchas ocasiones que he tenido la oportunidad de grabarlo en video, he intentado que no se diera cuenta.

Una de las veces que le estaban tirando una foto con un fanático y me pilló filmándole, se acercó y me dijo:

- “Oye… que ha venido Kenny…” dijo Carlos.

Y por la cara que puse, tuvo que añadir:

- “¡Kenny Roberts!”, apuntó.

Lo curioso del caso, es que me lo dijo con la misma naturalidad y espontaneidad, como cuando alguien te dice:

Jordi, que ha venido tu primo Pepe a verte… el de Cádiz…

Mire hacia donde señaló Carlos (el box de Monlau) y allí estaba otro “sueño” ochentero en carne y hueso, y con solo una mirada al box, era inconfundible.

Sólo Kenny Roberts es capaz de tener los “boing’s” de presentarse en el Circuit de Catalunya con un sombrero de Ranger Texas, a lo Chuck Norris, con pantalones cortos, zapatillas y calcetines blancos. Supongo que el caballo con el que llegó no se lo dejarían entrar los estrictos controladores de acceso al paddock, no por ser un “vehículo no autorizado” sino por no llevar la pegativa acreditativa, y lo dejaría aparcado en el exterior.

Un trío de ases, Carlos Lavado, Kenny Roberts y Wayne Gardner en el Circuito de Catalunya… y la Federación Catalana de Motociclismo sigue sin hacer ninguna mención sobre la asistencia de campeones del mundo en las Copas de Promoción… pero, lo más repugnante, es que si viniera a ver las carreras un jugador de Futbol de FC Barcelona con su Waka-Novia, lo anunciarían con bombos y platillos para garantizar la afluencia de fans que llenarían la grada principal delante del pit-line…


Carlos Lavado, orgullo de Venezuela, es el mejor escaparate de un país del cual sólo nombran por televisión con menosprecio por motivos extradeportivos o cuando ocurre alguna desgracia.

Cuesta creer que un ciudadano español le dijera a su compatriota venezolano la grosera frase:

“¿Por qué no te callas?”

Porque, en tu caso, Carlos, cada vez que hablas engrandeces tu país.

Gracias “Pana”, por ser como eres.


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